
Cómo hablar de sexualidad con nuestros hijos sin morir en el intento
Empezar a hablar de sexualidad en casa puede sentirse como meterse en una sala oscura sin linterna. Pero ¿sabés qué? no hablar es peor. Si no lo hacemos nosotros, el porno, los “amigos informados” o las redes sociales lo harán por nosotros.
¿Desde cuándo hablar de sexualidad?
Muchos se preguntan: “¿Cuándo hay que empezar a hablar de sexualidad?” La respuesta es simple: desde que nacen.
No, no es un chiste.
Cuando un bebé explora su cuerpo, cuando le enseñamos cómo se llama cada parte sin vergüenza (“pene” y “vulva”, no “cosita”), cuando hablamos del cuidado del cuerpo, de decir “no” o de pedir permiso, ya estamos educando en sexualidad.
Hablar de sexualidad no es solo hablar de sexo. Es hablar de identidad, vínculos, respeto, emociones, cuerpo, valores, decisiones y sentido. Es enseñar a ser personas completas.
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6).
¿Y si ya son adolescentes?
Nunca es tarde. Lo que sí es tarde es seguir callando.
Muchos padres se asustan porque “ya vieron pornografía”, “ya preguntaron cosas raras” o “ya están de novios”. Lo importante es no reaccionar desde el miedo, el enojo o el sermón eterno, sino desde la calma y el amor.
Una madre me contó que encontró en el historial del celular de su hijo de 11 años la palabra “sexo”. Apenas lo vio, gritó y luego lloró. Después de conversar, decidió hablar con él sin retarlo, preguntándole qué entendía, qué había visto y qué le había generado. Esa charla fue el inicio de muchas otras.
La información es protección. La ignorancia no es inocencia: es vulnerabilidad.
Qué decir y cómo decirlo según la edad
Algunos puntos clave:
- De 2 a 5 años: Enseñales los nombres correctos del cuerpo, a identificar partes íntimas y a decir NO. Introducí la idea de “tu cuerpo es tuyo” y “nadie tiene derecho a tocarlo sin permiso”.
- De 6 a 9 años: Hablá de la diferencia entre amor y atracción. Explicá cómo nacen los bebés desde la biología, de menos a más. Mostrales que hay distintos cuerpos y sentimientos. Hablá de abuso, grooming y pornografía.
- De 10 a 13 años: Conversá sobre el deseo sexual, los cambios hormonales, el respeto por el cuerpo del otro, las emociones y el consentimiento. Enseñales que no todo lo que sienten deben actuarlo; aprender a regular también es crecer.
- De 14 en adelante: Abordá temas como vínculos sanos, decisiones informadas, pornografía, presión social, sexting, el amor y el cuidado mutuo.
La educación sexual integral fortalece la autoestima, previene abusos, reduce embarazos no intencionales y fomenta decisiones responsables.
Frases que bloquean vs. frases que abren
Frases que bloquean:
- “¡De eso no se habla!”
- “Después te explico”
- “Eso no es para tu edad”
Frases que abren:
- “¿Qué sabés sobre eso?”
- “¿Dónde lo escuchaste?”
- “Si tenés dudas, podemos hablarlo juntos”
Las conversaciones no tienen que ser perfectas, tienen que ser honestas, repetidas y con amor.
Sanar mientras criamos
¿Qué pasa si nunca hablamos de esto o tenemos prejuicios y miedos propios?
Es muy válido. Muchos no tuvimos buena educación sexual y ahora queremos hacerlo mejor. Animarse a sanar mientras criamos y aprender mientras acompañamos también es parte del proceso. No hace falta tener un máster, hace falta estar disponibles.
“El amor perfecto echa fuera el temor” (1 Juan 4:18).
No tengas miedo, la sexualidad nos incluye a todos y forma parte del diseño de Dios para nuestras vidas.