
Arqueólogos hallan un muro monumental en el Estanque de Siloé, vinculado al relato bíblico de Jesús
En Jerusalén, un equipo de arqueólogos desenterró una imponente estructura de piedra de unos 11 metros de altura que ha sido identificada como parte de la construcción original del Estanque de Siloé, el lugar mencionado en el Evangelio de Juan donde Jesús devolvió la vista a un ciego.
Los especialistas señalan que este hallazgo ofrece un raro vínculo físico con un escenario bíblico, hasta ahora conocido principalmente a través de las Escrituras.
Una obra de ingeniería de hace 2800 años
La datación por radiocarbono de materiales orgánicos incrustados en el mortero —como ramas y pequeños fragmentos vegetales— confirmó que el muro fue levantado durante el período del Primer Templo, hace unos 2800 años. La construcción corresponde, según los expertos, a una gran presa levantada en tiempos de los reyes Joás y Amasías.
El muro, de más de 8 metros de ancho y 20 de largo, formaba parte de un complejo sistema hidráulico diseñado para canalizar el agua del manantial de Gihón hacia el estanque, cumpliendo funciones tanto de depósito en épocas de sequía como de barrera contra inundaciones repentinas en el valle del Tiropeón.
Un testimonio tangible del relato bíblico
El director de la excavación, Itamar Berko, de la Autoridad de Antigüedades de Israel, destacó que se trata de “restos tangibles” de un sitio durante siglos ligado a la tradición religiosa. “La magnitud y el grado de conservación del muro reflejan la notable capacidad de ingeniería de los habitantes de la antigua Jerusalén”, señaló.
El hallazgo, además de confirmar la función práctica del estanque, respalda el contexto histórico en que se inscribe el episodio narrado en el Evangelio de Juan, donde Jesús envía a un ciego a lavarse en el agua para recuperar la vista.
Contexto climático y significado histórico
Los arqueólogos añadieron que la construcción coincidió con un período de condiciones climáticas irregulares, marcado por lluvias escasas y tormentas violentas. La presa habría sido una respuesta estratégica a esa crisis ambiental, mostrando cómo el Reino de Judá enfrentó los desafíos naturales de su tiempo.
El ministro de Patrimonio de Israel, Amichai Eliyahu, afirmó que el descubrimiento es prueba del “ingenio tecnológico y la resiliencia de los antiguos ingenieros de Jerusalén para responder a las dificultades naturales”.
Próxima presentación y acceso público
Los resultados de la investigación serán expuestos en la 26.ª Conferencia de Estudios de la Ciudad de David, en un simposio titulado “El Estanque Perdido: El Enigma de Siloé”.
Además, las autoridades locales adelantaron planes para abrir el sitio al público. “El Estanque de Siloé es un lugar de relevancia histórica, nacional e internacional. Pronto comenzaremos a habilitarlo para los millones de visitantes que llegan a Jerusalén cada año”, señaló el alcalde Moshe Lion en un anuncio previo.
Otros hallazgos recientes
La Autoridad de Antigüedades de Israel también informó sobre otro descubrimiento en la ciudad de Yehud: unas de las mechas de lámpara más antiguas conocidas, datadas en el 2500–2000 a. C. Los fragmentos, hallados dentro de lámparas de arcilla en tumbas funerarias, se preservaron gracias al sellado hermético de las piezas.
Los arqueólogos indicaron que el uso ritual del fuego en estas ceremonias funerarias podría estar en el origen de la expresión hebrea “Ner Neshamá” (“la llama del alma”), vinculando este hallazgo con prácticas simbólicas del antiguo Oriente Próximo.